15 febrero 2013

Formulario de quejas y reclamaciones

No tengo nada.
Nada de nada.
Me despojé de la ropa,
las señas, los retratos.
Hasta de la misma entrega
estrenada, enreciada
en mil vientos (o eso parecía),
me la has devuelto sin tocar.

Tanto esfuerzo, tantos días
luchando por agradarte
y ahora...
¿Sabes? Me fié de ti y los tuyos
hasta las últimas consecuencias...

¿Que lo hice mal? Ya lo sé.
Puede salvarme la intención,
pero ¿y a ti?

No dejo de pensar que podría
haber sido de otra manera...
Tú más claro, yo menos cabezota.

Intuyo que para construir
un futuro, he de aceptar mi pasado.
Y no puedo.
Mi vida es demasiado corta,
y la experiencia aún más.
Tengo la odiosa sensación
de haber malgastado la vida en
algo que no lo merecía.

¡Ojalá pudiera invertir
emociones y pensamientos!
Claro que se necesita tiempo y fuego
para forjar de nuevo (quizá en este caso
haga falta frío que temple lo vivido).

No sé, el caso es que estoy hecha un lío.
Que no había pensado en un final alternativo
y me quedé atrapada en el entremés del guión
inicial y ahora soy un personaje
a medio hacer, con más dudas que acciones,
atrapado entre palabras a medio pronunciar:
sin saber ya si sueño.

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