Páginas

15 diciembre 2011

El secreto


Extraña sensación
de perplejidad.
La cuestión humana
no tiene solución matemática.

Ante un problema insoluble
se queda quieto,
pensando...
¿Cuándo acabará esto?,
¿cuándo acabará todo?

Y no se conforma
con que no haya respuesta.
Quiere inmediatez
sin dobleces ni engaños.

Se agita turbulentamente,
se remueve incómodo
en su condición mortal,
aspira a más, a ser poeta
de su propia alma.

Quiere pintar en arcoiris,
quiere escribir sentimientos,
quizá se pare a contemplar
los juegos de unos niños
en un patio.

Intuyendo que ahí
se concentran
agujeros negros y supernovas
de estrellas que vivieron
en un firmamento
en otro tiempo.

Quiere encontrar
la relación que le impulse
más allá de sí mismo,
quizá a otro tú
u otro yo.
No lo tiene claro.

Y suspira
en una noche eterna
por lograr la comprensión,
ansiando ser feliz
mientras mira la felicidad
de los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Cómo termina esta historia?