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29 abril 2025

Desde el barro #24 Retrato de una bufanda

Quiero forzarme a no olvidar. Hace hoy veintiséis semanas que la DANA se llevó por delante tantas, demasiadas vidas. Quiero no olvidar que las supervivientes siguen bregando por volver a una nueva "normalidad". Y me lo voy a recordar cada semana los martes de la mejor forma que se me ocurra.

El próximo 4 de mayo mi abu cumple 85 años. Justo a raíz del fallecimiento del papa Francisco el pasado lunes de Pascua, recordaba una anécdota que los "involucra" a ambos. Todavía vivía ella en Pamplona y la acercamos a su casa después de la misa del gallo. Íbamos cantando villancicos y felicitando la Navidad a los escasos transeuntes a través de las ventanillas abiertas del coche. Mi abu estaba avergonzada y nos decía que paráramos. Yo le respondí que Francisco había pedido a los jóvenes que "armáramos lío". Debió contestarme algo parecido a que no de esa forma.

Pero la historia protagonista de esta semana es más reciente: hace algo más de cuatro ella me tejió la bufanda de la imagen (con ayuda de María S. ¡¡mucha ayuda!!). La busqué después de su última caída que derivó en su ingreso en una residencia. 

Me gusta mucho porque es un color que a ella también le gusta, porque me la hizo mi abu y por la cantidad de anécdotas a las que dio pie y que son las que he intentado cantar con palabras en el (a)poema de hoy.

Además, quiero dedicárselo a las pérdidas materiales que ocasionó la dana, ya no necesariamente de cosas de valor (casas, coches,...) sino de pequeñas prendas con tantas historias enhebradas como mi bufanda. Recuerdo cómo unas pocas personas malintencionadas, y otras muchas desinformadas, corrieron el bulo de que se estaba lanzando al vertedero la ropa que se donaba a los afectados (¡cuánto mal se puede hacer!) y no, solo se trataba de los despojos que quedaron detrás del agua y el barro. Pues a esos trapos arrasados, que quizá tenían tanto o más valor sentimental que mi bufanda, y a sus propietarios van este martes mis versos.




RETRATO DE UNA BUFANDA


Ves esta bufanda

y te parece un trapo 

más bien incómodo

(¿demasiado larga?, 

¿demasiado corta?)

y además con algún 

punto perdido. Te

digo que no sabes mirar...


No ves la tarde ni

las manos artríticas 

que empuñaron las agujas.


No ves la llegada 

del bisnieto berreando, 

ni la perra que no 

había forma humana de callar.


No ves la inseguridad

de esas manos reclamando

ayuda: ¿Remato 

o sigo? -Sigue. -No, 

que no quedará lana 

suficiente para 

rematar. - Pues remata. 

-¿Pero no ves que 

sobrará demasiada?


Solo el bisnieto en brazos

del nieto rompió el bucle,

mientras otras manos 

acabaran porque 

las primeras perdieron,

hace tiempo,

el hilo del saber.


¡Oh!, ¿cómo puedes ser

tan ciego y no ver esa 

mirada de cariño, 

ternura, orgullo,

un-no-sé-cómo-definir

que se había quedado 

entretejido cuando

me tendieron esta 

bufanda, la misma en

la que tú ahora solo

ves un trapo imperfecto?


22 abril 2025

Desde el barro #23 Hace falta un Dios que exista al margen del tiempo

Quiero forzarme a no olvidar. Hace hoy veinticinco semanas que la DANA se llevó por delante tantas, demasiadas vidas. Quiero no olvidar que las supervivientes siguen bregando por volver a una nueva "normalidad". Y me lo voy a recordar cada semana los martes de la mejor forma que se me ocurra.

Hemos entrado en la Pascua (parece que este año coincidimos la Iglesia de tradición romana con la ortodoxa) y, aunque ayer nos enteráramos del paso al Padre del papa Francisco (¡o puede que incluso con más sentido por esto!), lo que me pide el cuerpo es compartir las citas que tengo guardadas que hacen referencia a la memoria o el recuerdo y a Dios. Y, por cierto, ¡feliz Pascua de Resurrección!

Elijo para empezar la novela de Graham Greene El final del affaire que me prestó mi hermano hace un tiempo y que me encantó:
Hace falta un Dios que exista al margen del tiempo para que pueda recordar cómo eran las cosas antes de que cambiasen por completo.

Continúo con Chesterton en Manalive, uno de mis libros favoritos, que introduce otro tema que asocio con la memoria: la nostalgia o añoranza.

-Mi abuela- dije bajando el tono de voz- habría dicho que todos somos exiliados, y que no hay casa terrena que nos pueda curar de la santa añoranza que nos prohíbe el descanso.

Sigo con san Juan de la Cruz en Suma de la perfección. Esta cita me salió al encuentro en Francia en un escaparate, aunque no soy capaz de recordar exactamente la localización... (¿pudo ser paseando por el pueblo de Cluny?):

Olvido de lo criado,
memoria del Creador,
atención a lo interior
y estarse amando al Amado.

 Y acabo con la cita que incluye Snowdon al inicio de un capítulo de su muy recomendable Aging with Grace, libro en el que relata de forma divulgativa el Nun Study. Se trata de uno de los mayores estudios poblacionales de la enfermedad de alzhéimer con 678 monjas participantes. De hecho, en la versión en español, han traducido el título a 678 monjas y un científico. Me la compartió mi hermana Carmen (la foto de su ebook es suya):



15 abril 2025

Desde el barro #22 Retaguardia

Quiero forzarme a no olvidar. Hace hoy veinticuatro semanas que la DANA se llevó por delante tantas, demasiadas vidas. Quiero no olvidar que las supervivientes siguen bregando por volver a una nueva "normalidad". Y me lo voy a recordar cada semana los martes de la mejor forma que se me ocurra.

La dana también me ha hecho confrontarme con cómo soy yo. Algo que ya latía en el (a)poema-oración de Hazme y que ahora continúa en esta Retaguardia. Creo que yo soy más "efectiva" no en la primera línea, sino limpiando el calzado de los que se lanzan a esa primera línea. Ahora que estamos en Semana Santa, a las puertas del Jueves Santo, quizá es lo que me toca: lavar los pies del mensajero que anuncia la paz.

Por cierto, que tal como suena Retaguardia cuando la leo internamente, me recuerda mucho a Pedro Salinas en La voz a ti debida (Para vivir no quiero / islas, palacios, torres. / ¡Qué alegría más alta: / vivir en los pronombres!).

The Anointing of Christ, 60 x 40 cm, painting on canvas de Julia Stankova, vía web de la artista


RETAGUARDIA


No, no, déjame de liderazgos,

logísticas y estar en primera 

línea. Si yo solo quiero… Yo

necesito habitar la retaguardia.


Que ahí delante me agobio. Aún peor: 

se me agotan las fuerzas para las

pequeñas cosas, las que realmente 

me importan (quién cumple hoy, quién tiene 

examen o médico, quién hace 

tiempo que no veo, quién echo en falta).


Así que no; no quiero tarima,

con la retaguardia es suficiente.

Ser apenas sombra que pasa 

casi desapercibida y cuidar 

en lo que pueda y cuando pueda.


08 abril 2025

Desde el barro #21 Donde habite el olvido

Quiero forzarme a no olvidar. Hace hoy veintitrés semanas que la DANA se llevó por delante tantas, demasiadas vidas. Quiero no olvidar que las supervivientes siguen bregando por volver a una nueva "normalidad". Y me lo voy a recordar cada semana los martes de la mejor forma que se me ocurra.

Después de compartir la intro del libro Donde habite el olvido de Luis Cernuda y la Rima de Bécquer de donde toma ese verso, creo que tocaba compartir también el poema de Cernuda bajo ese título. Al final donde habite el olvido es el lugar hacia el que nos dirigimos y donde nos encontraremos: al cabo de unas pocas generaciones que nos sobrevivan, nadie se acordará de quiénes fuimos. Mi hermana Carmen y yo lo comentamos de vez en cuando. Y es una idea con la que estamos en paz. 

A mí me gusta pensar en decirle a mi abu (que no se acuerda de haberme olvidado), Abu, tú espérame donde habite el olvido. Hoy también, como cada martes, amplío mi pensamiento para incluir en mi vida diaria la memoria de las víctimas de la Dana del pasado 29 de octubre.

Me parece que esta foto con mi abu no la había compartido en el blog (sí en otras redes...). Mirando cómo nos miramos mi abu y yo, me resulta fácil transitar juntas por ese olvido que seremos (que ya somos, según Jorge Luis Borges).



DONDE HABITE EL OLVIDO (Luis Cernuda)

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

01 abril 2025

Desde el barro #20 ¿Adónde voy?

Quiero forzarme a no olvidar. Hace hoy veintidós semanas que la DANA se llevó por delante tantas, demasiadas vidas. Quiero no olvidar que las supervivientes siguen bregando por volver a una nueva "normalidad". Y me lo voy a recordar cada semana los martes de la mejor forma que se me ocurra.

No sabía (o no recuerdo haber olvidado) que Donde habite el olvido de Luis Cernuda viene de un verso de la Rima LXVI de Gustavo Adolfo Bécquer. Y la verdad es que también me ha parecido muy apropiada para esta serie en torno a la catástrofe de la DANA. Aparte que me llega mucho ese "Adónde". Precisamente, hace poco le leí a Elisabeth Johnson en Rico en misericordia que, a veces está bien prescindir del nombre "Dios" y usar el más arcano "Adonde". Así que yo también me pregunto ¿adónde voy?, después de veintidós semanas tras la DANA y veinte entregas de Desde el barro... ¿adónde voy?


Adónde es un término que usa Elisabeth Johnson para referirse a Dios en su libro Rico en Misericordia
Imagen vía


RIMA LXVI (Gustavo Adolfo Bécquer)

¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero
de los senderos busca;
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura;
los despojos de un alma hecha jirones
en las zarzas agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.

¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas;
en donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.