26 agosto 2025

Desde el barro #39 Setenta y dos

Quiero forzarme a no olvidar. Hace hoy cuarenta y tres semanas que la DANA se llevó por delante tantas, demasiadas vidas. Quiero no olvidar que las supervivientes siguen bregando por volver a una nueva "normalidad". Y me lo voy a recordar cada semana los martes de la mejor forma que se me ocurra.

Cuando andaba a vueltas con el (a)poema Y llegaste, Pablo, de repente me di cuenta de quién es realmente mi compañera de camino y entonces mi cabeza se puso en marcha para escribir el siguiente apoema (Setenta y dos). Mira que ya le había dedicado a la protagonista una entrada en 2015... ¡y seguí sin conectar los puntos!

Puede parecer que este apoema no tiene que ver con la dana del 29 de octubre de 2024, pero, en realidad, engancha con mi Retaguardia en contraste con la foto de este otro post, que es la que inspira los versos Tus manos llegan donde / las mías se acobardan.

Siempre orgullosa de quién es y de la mujer tan maravillosa en la que se ha convertido mi hermana pequeña, compañera entre las otras setenta y dos



SETENTA Y DOS

A Carmen



¡Hay que ver mi despiste!
Quizá porque tenía diez
años y llegaste sin
que te esperásemos ya.

O quizá fue el ansia con
que aguardé sostenerte
en brazos por primera
vez. O los biberones.

Puede que tus preguntas
de Dumbo ¡y te la sabías!
¿Sería quizá abrazar tu
delirio monstruo-febril?

Quizá fue por subirte
a plomo al bus con tu pie
roto, o hervirme la sangre
cuando se rieron de ti.

¿Fue por irme de casa
pronto o volver deshecha,
dándote miedo entonces?
¿Reconocerte triste?

Pudo ser tu vehemencia
al afirmar quién eras.
¿O que yo seguía siendo
mayor y tú pequeña?

Pero ahora me doy cuenta…
Tus manos llegan donde
las mías se acobardan, tu
seguridad me hace más
valiente y me impulsa tu
debilidad cuidado.

Porque ahora soy consciente:
el maestro nos eligió
¡desde siempre! para ir
juntas a la terreta,
compañeras entre las
otras setenta y dos.



19 agosto 2025

Desde el barro #38 Cuando sientas que el olvido ya colmó tus venas

Quiero forzarme a no olvidar. Hace hoy cuarenta y dos semanas que la DANA se llevó por delante tantas, demasiadas vidas. Quiero no olvidar que las supervivientes siguen bregando por volver a una nueva "normalidad". Y me lo voy a recordar cada semana los martes de la mejor forma que se me ocurra.

Cuando sientas que el olvido ya colmó tus venas es un verso de la canción Melancolía de WOS. La melodía es muy alegre, pero la letra me transporta al ambiente que respirábamos en Valencia a partir de la noche del 29 de octubre de 2024: esta ciudad 'tá grisla muerte en cada esquina; atados a este caos que no entiende nadie más

Además, efectivamente no hubo bueno ni malo cuando cae la noche (solo voluntarios que volvían cansados y llenos de barro y las víctimas que quedaban cómo podían sin luz y sin servicios básicos). También la cobardía, antagonía de mi gente (que se empeñó en sobrevivir y en ayudarse). Incluso me resulta acertadísimo ese los barrios hacinados, pá, no cabe un alfiler, hace tiempo nuestros sueños tienen precio de alquiler porque no es solo nuestra realidad en la ciudad desde antes de la DANA, sino que sirve para denunciar la especulación inmobiliaria que edifica en zonas inundables y la situación insostenible de tantas familias que quedaron sin casa ese 29 de octubre.

En fin, sobre todo, quiero quedarme con el consejo del artista en Melancolía: 

Cuando sientas que el olvido ya colmó tus venas
y la vida marche gris, amarga o desabrida
recordá esa mano amiga que sirve de abrigo
alejándote del frío al que invita la pena

Con la serenidad del todo pasa
y bajo la luz veraniega de una luna sepulcral
te encontrarás con aquello que, ya al verlos, son tu casa
y te harán olvidar el miedo a la pesada soledad




12 agosto 2025

Desde el barro #37 Y llegaste, Pablo

Quiero forzarme a no olvidar. Hace hoy cuarenta y una semanas que la DANA se llevó por delante tantas, demasiadas vidas. Quiero no olvidar que las supervivientes siguen bregando por volver a una nueva "normalidad". Y me lo voy a recordar cada semana los martes de la mejor forma que se me ocurra.

A finales de esta semana (D.m.) podré al fin coger a Pablo en brazos. Y, cómo no se me nota nada la emoción que siento [seguro...], comparto otro (a)poema, escrito poco antes del 11 de julio. Ojalá todos tuviéramos cerca "un Pablo", y no me refiero necesariamente a un bebé de apenas un mes, sino a aquellas personas que solo mirarlas nos llenan de esperanza de que las cosas irán a mejor, ¡tienen que ir! Porque en un mundo post-DANA pienso que es lo que necesitamos (a quienes necesitamos).

Para expresar esta idea y, conectándolo con los latidos del (a)poema de la semana pasada, me parecía muy adecuada la ilustración Tatuatge de mi amiga Lourdes Ferreras. Se puede adquirir como regalo solidario en formato digital en la web de CorAvant AACIC, donde también encontrarás las palabras con las que la artista explica esta imagen.

Vía CorAvant AACIC




Y LLEGASTE, PABLO

Lc 10, 1-20

Y llegaste, Pablo.
Solo un obrero de los setenta y dos,
cordero entre lobos disputándose a
dentelladas un palmo más de tierra
y de recursos: caiga quien caiga, sean
hombres, mujeres, niñas, niños,... bebés.

Y llegaste, Pablo.
Sin portar bolsa, alforja ni sandalias
-desnudito, desnudito-, la pura
imagen de la impotencia humana.


Y llegaste, Pablo.
Con tus lloros hambrientos anunciaste
"paz a esta casa", aunque habites ahora
un mundo desquiciado y explotado.

Y llegaste, Pablo,
vendando corazones desgarrados,
recordándonos que el reino de Dios
se presenta también hoy-aquí-contigo.

05 agosto 2025

Desde el barro #36 Latidos

Quiero forzarme a no olvidar. Hace hoy cuarenta semanas que la DANA se llevó por delante tantas, demasiadas vidas. Quiero no olvidar que las supervivientes siguen bregando por volver a una nueva "normalidad". Y me lo voy a recordar cada semana los martes de la mejor forma que se me ocurra.

Después de este parón, vuelve Desde el barro. Uno de los nombres que consideré para agrupar mis (a)poemas de la dana fue Salmos desde el barro. Porque no dejan de ser oraciones en busca de esperanza en este mundo desquiciado de guerras y violencia, de la furia de un clima que hemos desatado con nuestra inconsciencia... Así que el (a)poema de esta semana recoge a dónde me ha llevado de momento esa búsqueda y por qué Pablo, Nacho y Gabri han cambiado tanto mi perspectiva.

Pablo nació el pasado 11 de julio. Sin embargo, escribí este (a)poema unos meses antes, a raíz de un vídeo que compartió mi hermano.

Y qué mejor que "ilustrar" el apoema con el corazón latiente de una ciudad. Esta falla del Ayuntamiento es previa a la DANA del 29 de octubre de 2024 y aún así me parece que representa cómo palpitaba la población valenciana (y del resto del país) ante la catástrofe de nuestros vecinos.



LATIDOS

El sonido más bonito del mundo

no se escondía en la apoteosis del

Aleluya en El Mesías de Haendel. 

Ni se agazapaba tras la dulzura 

de Claro de luna de Beethoven. 


¡Qué va!

El sonido más bonito del mundo

abrió la boca de Gabri y la 

curvó en pequeños esbozos de inter-

mitente sonrisa. Mientras, Nacho 

serio en brazos de su padre,

sin mover un músculo, apenas 

pestañea, reconcentrado en el prodigio.


Y es que 

el sonido más bonito del mundo

es el corazón acelerado de 

su hermano. Tan vivo, tan real

que es innegable que en cinco

meses abrazaremos a Pablo. 


Sobre todo, 

tus latidos, Pablo, revelaron

que la esperanza deja de ser 

opcional cuando llegáis los sobrinos.

Porque… ¿cómo no esperar ¡con urgencia!

un mundo de vuestra altura, la 

del sonido más bonito del mundo?