Cada mañana
con un libro,
los colores del cielo
a las 8:30 a.m.
entre nubes
quitan el habla.
Pero yo me duermo
sin remedio de estación
de tren en estación.
¡Ay, como entiendo
que el espíritu está pronto
pero la carne es flaca!
con un libro,
los colores del cielo
a las 8:30 a.m.
entre nubes
quitan el habla.
Pero yo me duermo
sin remedio de estación
de tren en estación.
¡Ay, como entiendo
que el espíritu está pronto
pero la carne es flaca!
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