30 noviembre 2014

Para un domingo lluvioso

Quisiera cercarte. Amurallar

para evitar el contagio.

Extraerte quirúrgicamente.

Y luego, más tarde,

rellenar la nada del agujero

a base de canciones.


Deseo con todas las fuerzas

que me quedan, con las mismas

que me obligan a luchar

hasta el agotamiento

(la esperanza es lo último

que se pierde, pero también

se cobra muchas vidas),

danzar sin descanso

para atraer el milagro blanco

del olvido...


Porque haga lo que haga,

invariablemente vuelve

la sensación de que todo

es pasado, siempre es otoño

y que llueve (llora) sobre

mojado.

2 comentarios:

¿Cómo termina esta historia?