Cuál no sería mi sorpresa al leer este poema de SONGS AND SONNETS:
When I am dead, and doctors know not why,
And my friend’s curiosity
Will have me cut up to survey each part,
When they shall find your picture in my heart,
You think a sudden damp of love
Will through all their senses move,
And work on them as me, and so prefer
Your murder, to the name of massacre.
Poor victories, but if you dare be brave,
And pleasure in your conquest have,
First kill th’ enormous giant, your Disdain,
And let th’ enchantress Honour, next be slain,
And like a Goth and Vandal rise,
Deface reecords, and histories
Of your own arts and triumphs over men,
And without such advantage kill me then.
For I could muster up as well as you
My giants, and my witches too,
Which are vast Constancy, and Secretness,
But these I neither look for, nor profess;
Kill me as woman, let me die
As a mere man; do you but try
Your passive valour, and you shall find then,
Naked you have odds enough of any man.
VAPORES PONZOÑOSOS
Una vez muerto, cuando nadie sepa
la causa, e investiguen mis amigos
haciendo que me trinchen para ver
qué ha pasado a cada uno de mis órganos,
viendo en mi corazón la imagen tuya
un súbito vapor de amor letal
se adueñará de todos sus sentidos
con los mismos efectos que sufrí,
convirtiendo tu crimen en una matanza.
¡Ruin victoria! Pero si te atrevieras
a ser audaz gozando de tu triunfo,
mata al gigante de tu desdén,
asesina a la bruja del pudor,
y lo mismo que vándalos y godos
destruye los anales y las crónicas
que cuenten tus ardides y conquistas,
y careciendo ya de tal ventaja
puedes entonces acabar conmigo.
Pues yo también haría que luchasen
en mi bando gigantes y hechiceras,
la constancia sin fin, la discreción,
mas no quiero que me presten su ayuda.
Dame muerte con armas de mujer
y deja que yo muera como un hombre.
Pon a prueba tan sólo en la batalla
tu pasivo valor; verás que así,
desnuda, triunfarás del otro sexo.
Cuando me abran en canal
al hacerme la autopsia
se le escapará el bisturí
de la mano por el susto.
No habrá órgano sano ni en su sitio.
Ni la bomba de Hiroshima
explicaría tal hecatombe.
He tragado tanta rabia
que ya no debo tener entrañas:
quemadas, calcinadas,
reventadas y podridas.
El pH será - desde luego-
caústico, abrasador, y
no me extrañaría
que encontraran a fuego
grabadas las palabras
que callé para no herir sensibilidades.
Así que estaría yo misma-
mi cadáver- desnuda
por dentro y llena de obscenidades.
(¡Pobre forense indefenso!)
When I am dead, and doctors know not why,
And my friend’s curiosity
Will have me cut up to survey each part,
When they shall find your picture in my heart,
You think a sudden damp of love
Will through all their senses move,
And work on them as me, and so prefer
Your murder, to the name of massacre.
Poor victories, but if you dare be brave,
And pleasure in your conquest have,
First kill th’ enormous giant, your Disdain,
And let th’ enchantress Honour, next be slain,
And like a Goth and Vandal rise,
Deface reecords, and histories
Of your own arts and triumphs over men,
And without such advantage kill me then.
For I could muster up as well as you
My giants, and my witches too,
Which are vast Constancy, and Secretness,
But these I neither look for, nor profess;
Kill me as woman, let me die
As a mere man; do you but try
Your passive valour, and you shall find then,
Naked you have odds enough of any man.
En traducción de Carlos Pujol vendría a ser:
VAPORES PONZOÑOSOS
Una vez muerto, cuando nadie sepa
la causa, e investiguen mis amigos
haciendo que me trinchen para ver
qué ha pasado a cada uno de mis órganos,
viendo en mi corazón la imagen tuya
un súbito vapor de amor letal
se adueñará de todos sus sentidos
con los mismos efectos que sufrí,
convirtiendo tu crimen en una matanza.
¡Ruin victoria! Pero si te atrevieras
a ser audaz gozando de tu triunfo,
mata al gigante de tu desdén,
asesina a la bruja del pudor,
y lo mismo que vándalos y godos
destruye los anales y las crónicas
que cuenten tus ardides y conquistas,
y careciendo ya de tal ventaja
puedes entonces acabar conmigo.
Pues yo también haría que luchasen
en mi bando gigantes y hechiceras,
la constancia sin fin, la discreción,
mas no quiero que me presten su ayuda.
Dame muerte con armas de mujer
y deja que yo muera como un hombre.
Pon a prueba tan sólo en la batalla
tu pasivo valor; verás que así,
desnuda, triunfarás del otro sexo.
Si bien su poema trata del amor despreciado, y el mío es más bien sobre la rabia de la traición, me ha sorprendido un poco el paralelismo... Lo publiqué en este blog el 25 de octubre de 2013, y aquí lo dejo de nuevo después de haber leído a John Donne:
Vía |
HUMOR NEGRO O ADVERTENCIA PARA FORENSES INCAUTOS
Cuando me abran en canal
al hacerme la autopsia
se le escapará el bisturí
de la mano por el susto.
No habrá órgano sano ni en su sitio.
Ni la bomba de Hiroshima
explicaría tal hecatombe.
He tragado tanta rabia
que ya no debo tener entrañas:
quemadas, calcinadas,
reventadas y podridas.
El pH será - desde luego-
caústico, abrasador, y
no me extrañaría
que encontraran a fuego
grabadas las palabras
que callé para no herir sensibilidades.
Así que estaría yo misma-
mi cadáver- desnuda
por dentro y llena de obscenidades.
(¡Pobre forense indefenso!)
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