11 noviembre 2011

Recorrido


Y hacerse viejo
mirando al sol de frente,
con las alas extendidas
por si acaso soplara el viento
entre las cuerdas de un velero azul.

Flota la espuma silenciosa
a través de llantas desgastadas
por el polvo del camino.
Es arena del desierto
que se desliza sin pausa
por la chimenea de piedra,
trayendo olor de leña y hogar.

Ya la pipa cascada
exhaló su último suspiro
en voluta de sueño y humo
que gime en la roca fría.

Lejos queda el horizonte
para quien se sumerge en el mar,
imposible el retorno,
incierto el futuro
y una sonrisa para siempre.

09 noviembre 2011

Usar ciencia vs entender ciencia

Hace poco hubo en el Colegio Mayor Goroabe una tertulia cultural científica, impartida por el físico Diego Maza. Nos habló de los Premios Nobel 2011 de ciencias (a los que quiero dedicar una entrada aparte), de la teoría del caos y del problemilla de que los neutrinos viajen más rápido que la velocidad de la luz. ¿Suena a chino? Ojalá que no pero me temo que para la mayoría del planeta sí. Por eso me quedo con la cuestión que planteó al inicio de la charla-conferencia: hoy en día usamos la ciencia para todo desde cocinar hasta escuchar música con un iPod.... Sin embargo, ¿entendemos la ciencia? La respuesta puede ser que no, pero entonces (según Diego Maza y yo estoy de acuerdo) deberíamos aceptar el reto de tratar de entenderlo, ¿no? No hablamos de gente de letras o de gente de ciencias sino de gente que quiere pensar aunque implique cierto esfuerzo neuronal...

06 noviembre 2011

Día de lluvia




Día de lluvia.
Finas gotas que lavan la memoria.
Se empaña el cristal del alma,
y nadie sabe por qué.

Frío, apatía,
la casa desangelada,
pero no se encuentran las goteras
y huele a humedad reseca.

La tierra abre sus poros
para beber el cielo,
y no lo consigue.
Se siente lejos.

¿Quién estudió la ciencia
de los sentimientos?

Suenan las nubes
sobre la cabeza
y adormecen vidas.

Goterones que enmarcan,
dejan huella soldada
en vacíos insondables,
de soledades olvidadas.

La esperanza se entremezcla
con la melancolía,
explorando exteriores
calados de lluvia.

02 noviembre 2011

Cosas que pasan

Ojalá pudiéramos descubrir y escribir todas las historias que ocurren a nuestro alrededor. Si te paras a mirar el mundo, resulta que está lleno de gente y que cada uno tiene su historia, tan importante por lo menos como la tuya. Mientras tú piensas que no te va a dar tiempo a hacer los macarrones, el que está sentado a tu lado por casualidad, ¿qué piensa?

Estuve en la exposición “Arquitecturas pintadas” del museo Thyssen, y había un cuadro que se llamaba “Historia sin identificar” y mi padre le propuso a mi hermana pequeña que se inventara una historia para ese cuadro. Pues algo así me entran ganas de hacer cuando me paro a mirar.

La historia de los chicos quinceañeros que se creen los reyes del mundo y hablan de la vida en voz bastante alta para presumir delante de todos los que viajan en su vagón. La historia de Ainara que es una niña que no llegará a un año y que aguantó todo el viaje Madrid-Pamplona “descubriendo” los auriculares, sí descubriendo: porque en su mirada se podía ver que “descubría”... La historia del negro que se me sentó al lado en la parroquia, que me estrechó la mano en el momento de la paz con una expresión que no soy capaz de describir, y al adelantarme en la calle a la salida, se despidió (y yo no le había visto nunca ni probablemente le volveré a ver...). La historia de Xabi, un niño pelirrojo que no se estaba quieto y que debía tener discapacidad intelectual ser deficiente mental porque necesitaba de toda su familia para las cosas más sencillas y tenía una sonrisa especial, que te daban ganas de ser su hermana para, en vez de chincharle o reñirle, darle un pedazo de abrazo.

¡Y todos los días así!

Salinas (La voz a ti debida) v.494-521

Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
 los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
“Yo te quiero, soy yo”

Creo que he descubierto la transcendencia de mi personaje de CUENTO PARA NIÑOS ESCRITORES en los versos subrayados de Salinas.

Energía nuclear

La energía nuclear procede de reacciones de fisión o fusión de átomos. Generalmente, en las centrales nucleares se emplean las de fisión (es decir, “romper el núcleo del átomo”) aunque son más energéticas las de fusión (es decir, “unir núcleos de átomos”).

El sistema más usado para producir energía nuclear emplea uranio como combustible y se somete a reacciones de fisión en los reactores: se bombardea el núcleo del átomo de uranio con neutrones y así se rompe en dos átomos y más neutrones (que a su vez atacarán otros átomos de uranio). Con la energía de este proceso se genera electricidad.

Se trata de una fuente de energía no renovable, porque el uranio se encuentra en la naturaleza en cantidades limitadas y en forma de mineral. El uranio del mineral tiene que ser tratado antes de poder usarse para enriquecerlo en U-235 y que sea útil. Luego, se prepara en pastillas de dióxido de uranio, que se ponen en varillas y se meten en el reactor nuclear. Estas varillas de combustible se alternan con barras de control cuya función es absorber neutrones y controlar las reacciones en el interior del reactor. Como seguridad el núcleo del reactor se coloca dentro de un recipiente giganteco de acero, por si hubiera un accidente. El reactor, junto con el generador de vapor se colocan en un edificio con paredes  de hormigón armado diseñadas para soportar terremotos, huracanes y hasta colisiones de aviones.

En las centrales nucleares hay un circuito primario de agua calentada por la fisión del uranio. Este agua calienta el circuito secundario en el que el agua se transforma en vapor a presión, que se conduce a una turbina. El giro de la turbina mueve al generador que produce la corriente eléctrica. El agua se reutiliza enfriándola en torres de enfriamiento.

Tomada de Tecnun


La energía nuclear, a pesar de sus oponentes, es una alternativa a las fuentes de combustibles fósiles (carbón, petróleo) mucho más contaminantes, como camino hacia las energías renovables que ahora  mismo no están suficientemente avanzadas como para sostener la demanda energética del planeta.

La liberación de radiactividad al ambiente es mínima, y la gestión de residuos radiactivos está muy bien llevada y no supone ningún riesgo grave.

Ahora bien, el accidente de Fukushima ha levantado polémica sobre la energía nuclear. Es un grave accidente que debe hacer considerar sobre los peligros de este tipo de energía, y tratar de evitar riesgos aumentando las medidas de protección, los controles de seguridad, etc.

Sin embargo, resulta un poco absurdo pretender cerrar todas las centrales nucleares, cuando se obtiene energía “menos contaminante” que otras. Además, de nada serviría cerrar todas las centrales de España, si Francia mantiene las suyas... Un accidente nuclear sería igual de catastrófico para nosotros...

Radiactividad

La radiactividad fue descubierta por H. Becquerel de forma casual. Él investigaba con un mineral que contenía uranio, y que colocaba encima de una placa fotográfica envuelta en papel negro. La exponía al sol, y encontraba que la placa estaba velada, lo que atribuía a la fosforescencia del cristal. Pero unos días que hizo malo, y dejó todo el material en un cajón, la placa también se veló. Como no se había expuesto a la luz, la única explicación era que la sal de uranio tenía que emitir una radiación. Fue lo que más adelante se conocería como radiactividad.

Este fenómeno fue estudiado por Marie Curie y su marido en varios minerales, descubriendo que además del uranio, había otras sustancias con esta propiedad: el torio, el radio y el polonio. Ambos descubrieron también que la radiactividad podría emplearse con fines médicos.

Cuando el Pierre Curie falleció, Madame Curie prosiguió con los experimentos de radiactividad junto a Rutherford. Y tras la muerte de Marie Curie, su hija Irene continuó su trabajo.

Ernest Rutherford encontró que la radiactividad tenía tres componentes: las radiaciones alfa, beta y gamma.

La radiación alfa es la menos penetrante de las tres y puede ser detenida por una hoja de papel. Rutherford demostró que estos rayos eran iones de helio (He2+) que se movían a alta velocidad. Es propia de elementos pesados, con muchos protones. Como resultan inestables por la repusión eléctrica emiten radiación alfa, de mucha energía que se traduce en la velocidad tan alta de la radiación.

La radiación beta es más penetrante que la alfa, y se subdivide en tres tipos. Para no alargar la entrada demasiado, diremos que intervienen más partículas que en la radiación alfa, como los antineutrinos, positrones y neutrinos.

Tanto en la radiación alfa como en la beta, los átomos se transforman en otros, por ejemplo:
226Ra ----> 222Rn + He2+
40K ----> 40Ar + e+
En cambio, la radiación gamma el átomo sigue siendo el mismo. Es la radiación más penetrante porque procede del núcleo que emite energía al pasar a un estado más estable. Por tanto, es la radiación más peligrosa.
Pero una sustancia radiactiva no lo es eternamente..., Rutherford y Soddy demostraron que disminuye su radiactividad con el tiempo de manera exponencial.
Actualmente la radiactividad tiene muchos usos: desde aplicaciones médicas como tratamiento del cáncer, la exploración con los rayos X; militares como pruebas nucleares; usos industriales como radiografía industrial, procesos de esterilización de alimentos, etc.