Últimamente mis versos son más pésimos que de costumbre (aunque sea tan corta que ni me dé cuenta a la segunda re-lectura), ¡qué le voy a hacer, no soy poeta! Y cada vez estoy más convencida de que nunca lo seré, a pesar de estos ramalazos que me dan de vez en cuando. Pero es que encima resulta, que en Flp 3,8-14, lo dicen mejor que yo con todos mis pseudo-versos: aquí tienen, señoras y señores, mi estado de ánimo:
"Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio (...)"
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