12 marzo 2014

Censado

¡Ay, Barcelona!,
he llenado tus trenes
de versos, de filo-
sofía, de ciencia.

Gritando alto
mis sueños
de Vida Nueva
(que no me los
quitara el viento),
estoy ronca
de cantar
el martilleo
en mis oídos
por todos tus
rincones.

No me son extraños
tus andares, Gaudí,
tus noches, tu alcohol,
lo más noble y fastuoso
y lo más pobre y pequeño.

Pero tus calles
también me 
huelen a 
melancolía
y soledad 
en la urbe,
ceniza y humo.


Pelea cuerpo
a cuerpo,
sangre a
sangre, sudor
a sudor,
mi pasado y
mi presente
alumbran un
futuro Ares
rojo.


Ya sabéis de
dónde vengo.
Todas las imágenes de este post son cortesía de Miguel Bueno
Nadie sabe
a dónde voy.
Pero tengo
tu huella
de estos meses,
Barcelona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Cómo termina esta historia?