23 abril 2013

Vete

Déjame en paz
Estoy cansada,
¿sabes?

No deseo ningún mal
ni clamo por 'venganza'
Solo quiero
que me dejes tranquila,
¿entiendes?

Que no me asaltes
por cada calle
y al doblar las esquinas,
cuando menos lo espero,
cuando estoy desprevenida.

Aún dueles muy dentro
no te imaginas cuánto.
Te has convertido en mi pesadilla
de la que logro despertarme
salvo en los recuerdos punzantes
que aparecen al retomar
costumbres arcaicas.

Y destruyes con la copa amarga
todo el placer sano
de mi presente.
Contaminas mi alegría de hoy,
¡vete ya!

Ojalá supiera
la forma de conjurarte
a la desaparición.
Hagámoslo por las buenas
apágate de una vez para siempre.

2 comentarios:

  1. Me gusta porque posee el rigor flexible de poesía precisa y a la vez levítica.

    Saludos. ;D

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    1. Gracias y perdona mi incultura, ¿a qué te refieres con levítica

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