14 agosto 2013

Pasos

Vía

En la penumbra gris,
uno, dos, uno, dos,
los árboles se inclinan
y susurran.

El orballu pesado,
gotea entre las ramas,
uno, dos, uno, dos,
que escoltan el sendero.

Pisamos la gravilla,
uno, dos, uno, dos,
alfombrada sin ver apenas
más allá de un palmo.

Y de repente,
ya ha amanecido,
uno, dos, uno, dos,
aunque sigue nublado.

Los peregrinos,
uno, dos, uno, dos,
camino de Santiago.


4 comentarios:

  1. A cada paso una descripción espléndida y luminosa, lúcida.

    Excelente poema, bastante inspirador. Saludos. :D \o

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    1. Muchas gracias! Creo que en el momento que lo empecé a componer era más rico que este resultado final, pero tampoco pongo la mano en el fuego porque no lo apunté sobre la marcha (entre la lluvia, las cuestas, etc., era un poco complicado ;P)

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    2. Para describir la riqueza sólo hace falta un poco de descripción aleatoria (dicen algunos). Quizá lo que pareciera falta de riqueza es lo que constituye la luminosidad del poema. :D

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    3. Es otra manera de verlo ;D : a mí me parecía que la sensación tan vívida que me impulsó los versos en aquel momento, la capté parcialmente en lo que puedo recordar de ese momento. Pero como señalas, puede ser al revés ;)

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