30 abril 2014

Romance del prisionero (anónimo)

Esto es lo que siento porque el laboratorio en el que estoy trabajando en esta temporada está en un sótano en el que no hay ventanas ni tragaluces al exterior, así que salvo porque llevo reloj podría ser que ni sé cuándo es de día ni cuándo las noches son además de que tampoco tenemos avecillas que nos canten. Por eso, la llegada del buen tiempo se nota en el calor (en serio, el despacho es un horno infernal) pero verlo, verlo, solo por las mañanas cuando vengo o las tardes cuando salgo. Lo sé apropiarme de este romance del prisionero para mi situación es bastante egocéntrico..., pero así soy yo, y este es mi blog personal, en algo se tenía que notar. Me voy a suspirarle al equipo de HPLC, para recordarme que mañana empieza mayo:

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.


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