22 febrero 2019

Un homenaje a un lector muy especial

Esta entrada lleva muchos años en el tintero de los borradores sin empezar. Y no sé por qué me cuesta arrancar a escribirle unas líneas a... un lector muy especial. Me lleva acompañando desde que tenía un año. Me cuentan que fue mi primer relaciones públicas en el parque: él establecía el primer contacto con los otros niños, y yo después me unía al juego. Hemos compartido horas incontables construyendo casas para los Kinder o inventando historias de bolas locas y de dinosaurios que conseguían a veces darme miedo. Hemos creado concursos y canciones de viaje aburridas (como la de los los mantecados y pastelillos Viuda de Astorga, ejem, ejem). Le copié su idea de pintar un hórreo, y no sé cuántos llegamos a dibujar. San Marcelo, el abuelito Gumer, las Nochebuenas encantadas... Siempre ha sido una persona muy especial. Jugando a palabras encadenadas jamás usaría en su turno "rata" o "ratón" ¡pudiendo decir "ratificar"!, ¡a dónde vamos a llegar! Hemos leído Harry Potter a la vez, y me refiero a los dos compartiendo el mismo libro, hombro a hombro, esperándonos a que el otro hubiera acabado de leer para pasar de página. Eso sí, yo no le acompañé en su periplo por Amadís de Gaula, o El conde de Montecristo en francés..., mucho menos por el Quijote de Avellaneda. Recuerdo cuando me adelantó en los estudios de física, y cuando leía Historia del Arte para formarse el gusto como arquitecto. Pero cambió de parecer y se fue a estudiar Ingeniería a Donostia. Desde allí seguía cuidándome, a su manera única e irrepetible. Hemos hecho juntos el Camino de Santiago. Hemos compartido música.

Y como siempre aparece poco y de refilón en este blog, camuflado en poemas como Estrella fugaz o Echando cuentas..., hoy que cumple años he decidido dedicarle esta entrada. Porque sí. Porque se lo merece. Porque desde los inicios del blog ha estado ahí, apoyando, muchas veces en silencio, otras aportando su granito de arena: animándome a escribir, "quejándose" del descenso (o directamente parada) de mi ritmo de publicación. Porque probablemente es mi lector más fiel, publique la tontería que sea. Aunque también ha habido momentos épicos como cuando ganó La Ardilla de Oro. Y es que es un crack, y una gran persona leal y humilde y con un corazón que no le cabe dentro. ¡Feliz cumpleaños Jose! Per molt anys!



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