Quiero forzarme a no olvidar. Hace hoy cuarenta y tres semanas que la DANA se llevó por delante tantas, demasiadas vidas. Quiero no olvidar que las supervivientes siguen bregando por volver a una nueva "normalidad". Y me lo voy a recordar cada semana los martes de la mejor forma que se me ocurra.
Cuando andaba a vueltas con el (a)poema Y llegaste, Pablo, de repente me di cuenta de quién es realmente mi compañera de camino y entonces mi cabeza se puso en marcha para escribir el siguiente apoema (Setenta y dos). Mira que ya le había dedicado a la protagonista una entrada en 2015... ¡y seguí sin conectar los puntos!
Puede parecer que este apoema no tiene que ver con la dana del 29 de octubre de 2024, pero, en realidad, engancha con mi Retaguardia en contraste con la foto de este otro post, que es la que inspira los versos Tus manos llegan donde / las mías se acobardan.
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Siempre orgullosa de quién es y de la mujer tan maravillosa en la que se ha convertido mi hermana pequeña, compañera entre las otras setenta y dos
SETENTA Y DOS
A Carmen
¡Hay que ver mi despiste! Quizá porque tenía diez años y llegaste sin que te esperásemos ya.
O quizá fue el ansia con que aguardé sostenerte en brazos por primera vez. O los biberones.
Puede que tus preguntas de Dumbo ¡y te la sabías! ¿Sería quizá abrazar tu delirio monstruo-febril?
Quizá fue por subirte a plomo al bus con tu pie roto, o hervirme la sangre cuando se rieron de ti.
¿Fue por irme de casa pronto o volver deshecha, dándote miedo entonces? ¿Reconocerte triste?
Pudo ser tu vehemencia al afirmar quién eras. ¿O que yo seguía siendo mayor y tú pequeña?
Pero ahora me doy cuenta… Tus manos llegan donde las mías se acobardan, tu seguridad me hace más valiente y me impulsa tu debilidad cuidado.
Porque ahora soy consciente: el maestro nos eligió ¡desde siempre! para ir juntas a la terreta, compañeras entre las otras setenta y dos. |
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