Junto con la expresión serendipity era una de las frases favoritas de mir profesor de Química Farmacéutica (miembro de la IUPAQ) y se me viene a la cabeza por la últimas cosas que me ha tocado vivir. Primero, la defensa de tesis de Rodrigo Nieto, el que ha sido y sigue siendo mi mentor en las técnicas analíticas y en la interpretación de datos. Tras la exposición del trabajo, yo tenía muchas ganas de gritar: ¡Olé!, o copiando de este blog: una tesis de puta madre (y perdónenme la expresión), cuando para mi susto y pena el tribunal se dedica a ponerle a caldo, señalarle las erratas de la tesis (y en algún caso de la exposición), a criticar el proyecto de investigación por todos lados: desde la fertilización, a la microbiología, pasando por las técnicas analíticas y las conclusiones (que presentaban muchos errores tipográficos), y que no servía para nada por tratarse de un único viñedo, y podría continuar hasta el infinito, pero no merece la pena. Porque tiene un final feliz: le declararon APTO, y que por ellos le podrían la máxima nota...
Después leo a mi amiga Raquel Cascales (a la que perdono que no me invitara..., jeje), y me voy a Madrid para acompañar a Leticia Olábarri en su defensa del trabajo fin de carrera. Leti es bióloga y tiene dos estupendos blogs (este y este). Para que no se diga de los químicos, aproveche para leerme enterito su trabajo antes de la exposición. Me pareció muy interesante, y dado que sabía (como en el caso de Rodrigo) las dificultades a las que se había enfrentado (no todas de carácter técnico, y no pienso ser más explícita), me pareció que las conclusiones habían quedado gloriosamente bien. Craso error: presencié una nueva masacre (aunque tenga el final feliz de que Leti ya es bióloga) con preguntas sobre si le habían corregido el trabajo, si era breve esto y lo otro, si las citas estaban mal puestas, y las figuras no estaban explicadas,... Leti se extrañaba de mis ganas de sacar un cuchillo, no sabe que la historia de la tesis de Rodrigo empezó con el cumpleaños de uno del Departamento (que defenderá D. m. en septiembre) en el que nos obsequió con dos estupendas tartas donostiarras para las que traía un majo cuchillo (con el que especulamos distintos usos no muy ortodoxos para ciertas personas ejem...).
Y yo (más aún D. m.) defenderé mi trabajo fin de máster en septiembre, siendo la única persona de la Upna. Y me planteo tantas cosas. Porque tiendo a ser idealista, y optimista, y está claro que mis predicciones distan mucho de la realidad. Así que no sé qué tal será todo, y mientras tanto me consuelo con la frasecita...
Ya hablaré más adelante de lo que Leti defendió: cuando regresen los Biocarnavales ;)
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