Intentando hacer una crónica de mi día a día, me encuentro volviendo a pensar más o menos lo mismo que en 2011-2012, y releo lo que escribí entonces en clave de poesía.
![]() |
Vía |
Últimamente, levantarse se hace muy cuesta arriba, no tanto por cansancio sino por querer huir de la vida real y sus obligaciones. Aun así estoy consiguiendo llegar todos los días a una hora decente al trabajo, a costa de correr como una loca de aquí para allá o dejar de prepararme comida. Suena el despertador y se me hace un mundo lo que ayer era un firme propósito. Y voy retrasando el reloj para retrasar lo más posible el momento de empezar a luchar...
Una vez de pie todo es más fácil, pero ¡ay como cuesta ese simple movimiento! Siento que estoy haciéndome un pulso a mí misma tal como plasmé hace unos años en la Lucha del yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Cómo termina esta historia?