Suena el despertador.
Una vez más,
combate cuerpo a cuerpo
entre yo y yo.
Uno de los dos
se deja vencer:
a veces gana el yo que
se levanta, aunque lento,
(no se vaya a ofender
el yo rival).
Otras es el yo
de los cinco minutos
que se pueden convertir
en diez o más...
Luego, a lo largo
del día ganará el yo
despierto porque tomará
decisiones sin consultar
a su contrario.
Pero, a veces,
es el yo despistado
que se despierta asombrado
de estar despierto,
asustado de no estar
en la cama
rogando cinco minutos
al yo madrugador.
Al final de la jornada,
al final de la semana,
el yo cansado se hace fuerte
y me hace andar despacio...
El lunes cederá el terreno
al yo trabajador,
pero hoy es viernes
y se acerca el sábado.
Qué cierto!!!
ResponderEliminarjajajaja ;)
EliminarExcelsa exposición del dilema intrapersonal que se torna cotidiano y certero.
ResponderEliminarSaludos. ;D
Je! Este es uno de mis favoritos, escrito en un momento muy concreto..., pero sirve para cualquier día intemporal también, jajaja.
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