19 julio 2018

Dar una charla con depresión

Echando un vistazo atrás..., no hay charla que no haya dado hasta arriba de medicación. Desde el día de 2012 en el que se me ocurrió apuntarme a Tesis en 3 minutos para presentar mi trabajo fin de máster a la próxima charla que daré si todo va bien en Naukas Bilbao 2018, me ha acompañado la paroxetina, y en la mayoría la mirtazapina y el clonazepam. Eso sí, me estreno con lamotrigina. Pastillas rules

Sin haber pasado por mi episodio depresivo grave de 2011 no se me hubiera ocurrido nunca  (remarcado y con negrita) presentarme voluntaria para hablar en público. Podía soñar (¡y lo hacía!) con atreverme un día pero no me lanzaba a intentarlo o a poner los medios para conseguirlo. 

De hecho, las dos primeras veces que di charla lo pasé fatal y no sé cómo me comí el coco a mí misma para participar en Naukas 2013... Sé que me preparé a conciencia y que sufrí bastante, pero una vez en el escenario me dio un subidón de los buenos buenos, me sentí de repente arropada por el cariño de los naukers y del público. ¡Eso sí que fue una absoluta pasada! Pero lo mejor es que no fue un hito aislado sino que desde entonces con sus más y sus menos he disfrutado TODAS y cada una de las charlas que he ido dando, de ciencia y no tanto y con públicos de lo más variado. Quiero destacar los dos Ignite en los que he participado, porque ensayar con gente que domina la oratoria y con compañeros oradores es de lo más apasionante y agradecido cuando por fin te subes al escenario y lo das todo. Además de que me han permitido dar mi charla más personal de todas

La charla que más he sufrido fue en el Naukas Passion for Knowledge, en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia. Ese verano habíamos dado por finiquitado mi episodio de 2011 y habíamos ido retirando poco a poco la medicación. Pero llegó la vuelta al cole y la presión por irme de estancia a Marburg... y empecé a caer en picado, con el resultado de que fue preciso ponerme nuevamente pastillitas. Solo que los antidepresivos requieren un tiempo de semanas o meses para que se note su efecto, así que no estaba para nada protegida cuando me tocó hablar. Fue durillo, el público no se reía de mis ocurrencias ni de las payasadas de mi hermana, al principio no era capaz de controlar el mando de las diapositivas..., y un largo etcétera. Eso sí, había sido una gran idea plantearse una charla a dúo con alguien tan de confianza como Carmen, que me apoyó en los ensayos y en la realización final, en la que yo sentí que ella se hacía cargo de las miradas de ese público tan serio, mientras yo pasaba desapercibida a su lado. 

Creo que podemos resumir todas estas ideas de manera que me ayuden en las siguientes charlas en Bilbao, BCNspiracy y Escèptics al pub: ¿cómo dar una charla con depresión?

1. Echarle huevos.
2. Prepararse mucho. No está de más asistir a cursos de hablar en público o al menos pedir ayuda a un profesional.
3. Ensayar y si es posible con público.
4 (y quizá más importante). Rodearse de gente querida que te apoye desde y fuera del escenario.


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