Ya hemos tratado del tema del Big Bang y algo
acerca de la física y la química de las partículas elementales. Ayer vi un
vídeo de una conferencia estupenda donde se explica con más detenimiento estos
temas y que os dejo aquí.
Intentaré explicarlo con mis palabras, pero
os aconsejo ver el vídeo (que está en inglés subtitulado en castellano) porque
la conferencia es impartida por un experto, y trata de alguna de las cuestiones
que dejamos abiertas en el blog: ¿el Universo es plano? ¿Es infinito? ¿Acabará en
un Big Crunch por la fuerza gravitatoria, o se expandirá infinitamente? Concluíamos
que todo depende de un matiz: cuánta materia hay en el Universo. Bien, ya se
conoce el dato (la Materia Oscura recibió el Premio Nobel de Física 2011), y se
llega a la conclusión de que estamos, en palabras del conferenciante, en el
peor Universo posible… ¿Por qué? Porque matemáticamente, incluyendo los
cálculos de la Materia Oscura (que es aquella que no se ve y que no brilla por
eso es Oscura), se desprende que el Universo tuvo comienzo a partir del vacío o
de la nada, en una gran explosión (el Big-Bang) que ha generado la expansión
actual del Universo. Esto se conoce porque existe una radiación microondas de
fondo en el espacio que es el residuo que queda del comienzo del Universo.
Además, se ha medido que las galaxias próximas
a la nuestra se están alejando a una velocidad proporcional a la
distancia (por medio del telescopio Hubble) y que presentan un corrimiento hacia
el rojo: es decir, en el espectro electromágnetico, un corrimiento hacia el azul implica mayor energía, y un corrimiento hacia
el rojo implica menor energía. Todo
esto concuerda con la teoría del Big Bang, pero tiene más implicaciones como
explica con mucha gracia Lawrence Krauss
en la conferencia: significa que estamos en un momento histórico porque dentro
de unos años, las galaxias estarán tan alejadas de nosotros que materialmente
se podría decir que “solo” existe nuestra galaxia en el Universo…, una pasada,
¿verdad?
http://asunews.asu.edu/files/images/KraussLawrence_4177.JPG |
En el vídeo se nos muestra una animación
sobre el interior de un protón: podemos observar los quarks fluctuando, y “espacios
vacíos” entre ellos de altísima energía. Estos “espacios vacíos” explicarían de
dónde surgió la energía necesaria para el Big Bang, y por tanto, explicarían
cómo apareció el Universo desde el “vacío” o la “nada”. Aún no se ha conseguido
aislar esta Materia Oscura, se nos muestran unos experimentos muy sofisticados
porque se piensa que nos está atravesando continuamente: se trata de un
cilindro a muy baja temperatura hecho de metal (para impedir la penetración de
los rayos gamma que también nos atraviesan), se piensa que si una partícula de
este tipo de materia choca con el núcleo metálico sería capaz de aumentar la
temperatura lo suficiente como para ser detectada. Todavía no ha ocurrido, pero
se nos avisa que existe otra opción y es con mi “amigo” el LHC, el Gran Colisionador de Hadrones del CERN, del que ya hemos hablado, que trata de
establecer las mismas condiciones del Big Bang para poder estudiar las
partículas.
Como en el vídeo se alude repetidamente a la
incompatibilidad de las creencias religiosas de la creación del Universo a
partir de la nada, dado que la física es capaz de demostrar que el Universo se
ha creado por sí mismo a partir de la nada, paso a las connotaciones
filosóficas del tema. Para empezar, hay que distinguir el término “vacío” del
término filosófico “de la nada”. Como ya
se ha visto en el vacío hay materia y energía, mientras que cuando hablamos de
creación “desde la nada” no hay NADA. Se me ha dicho que esta “nada” no existe,
que si consiguiera demostrarla obtendría el Premio Nobel, pero es que reconozco
desde ya que es un concepto indemostrable por las bases de las ciencias
empíricas. Lo mismo que los conceptos aristotélicos de “sustancia”, “accidentes”,
“esencia”, “acto” y “potencia”. Escapa a los límites de la ciencia empírica el
demostrarlos puesto que no son materiales, y la ciencia experimental se limita
al estudio de la materia. De manera que “creación desde la nada” no tiene que
ver con los conceptos físicos “de comienzo del Universo a partir de la nada”.
Las creencias religiosas me parece que entran en el campo de lo indemostrable
para la ciencia (si bien en neurociencia está habiendo avances que explican qué
zonas del cerebro empleamos para determinada actividad), en último término, los
pensamientos-sentimientos pertenecen a una esfera no cuantificable. Parece ser
que tanto ateos como creyentes empleamos los mismos lóbulos del cerebro para
justificar nuestras creencias o no-creencias, y sin embargo, pensamos lo
contrario. ¿Por qué? La filosofía podría responder que porque somos seres
libres y podemos decidir lo que pensamos y cómo vivimos. Aquí encajaría
perfectamente que la ciencia no es el único conocimiento posible de la
realidad, y que precisamente la ciencia nunca demostrará la
existencia-inexistencia de Dios porque entonces dejaríamos de ser libre: Dios
habría acabado con la libertad. Ciencia y religión no tienen que estar
necesariamente en guerra o conflicto, simplemente tienen distintos métodos de
conocimiento que se aplican a distintos campos, y que desde mi punto de vista
personal, pueden ser complementarios: como el arte y la filosofía. Pueden
enriquecer nuestra visión del mundo.
Por otro lado, me ha llamado la atención cómo achacan al conocimiento religioso su pretensión de conocerlo todo, frente a la ciencia que reconoce que "sabemos poquísimo". Bueno, igual soy un especimen raro pero nunca me ha parecido que la religión pretendiera dar una cosmovisión total y global. Quizá si hubiera vivido en la Edad Media, no pensaría esto. Pero como muy bien me señalan en el blog Dignitad hay que estudiar cada fenómeno en su contexto histórico. En pleno siglo XXI, yo observo que la Iglesia católica tiene una Academia Pontificia de las Ciencias, de la cual fue el primer presidente Jerôme Lejeune (del que nadie tiene dudas de su calidad científica), y al que han sido invitados científicos ateos como Stephen Hawkings. En un post anterior ya hablé de que la virtud de la humildad es genuinamente cristiana. En el vídeo señalan que la humildad es necesaria para avanzar en ciencia, con lo cual me parece que vamos en la dirección correcta (al menos en intenciones, que como me señala Leti Olábarri, luego la ciencia es más compleja en cuanto a científicos se refiere).
Por otro lado, me ha llamado la atención cómo achacan al conocimiento religioso su pretensión de conocerlo todo, frente a la ciencia que reconoce que "sabemos poquísimo". Bueno, igual soy un especimen raro pero nunca me ha parecido que la religión pretendiera dar una cosmovisión total y global. Quizá si hubiera vivido en la Edad Media, no pensaría esto. Pero como muy bien me señalan en el blog Dignitad hay que estudiar cada fenómeno en su contexto histórico. En pleno siglo XXI, yo observo que la Iglesia católica tiene una Academia Pontificia de las Ciencias, de la cual fue el primer presidente Jerôme Lejeune (del que nadie tiene dudas de su calidad científica), y al que han sido invitados científicos ateos como Stephen Hawkings. En un post anterior ya hablé de que la virtud de la humildad es genuinamente cristiana. En el vídeo señalan que la humildad es necesaria para avanzar en ciencia, con lo cual me parece que vamos en la dirección correcta (al menos en intenciones, que como me señala Leti Olábarri, luego la ciencia es más compleja en cuanto a científicos se refiere).
Es curioso que hayas escrito esto el día en que comencé con @teoremadegoedel...
ResponderEliminarMás, porque el teorema permite explicar que es imposible saber quién creo al Universo, o saber cuál es su procedencia.
Otra vez, saludos. ;D
jajaja, ¿casualidad? ¡Quién sabe! ;D
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