La contrarreloj

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No voy a hablar de ciclismo, no me gusta el deporte, y este no es uno de los que más me atraigan. Podría ser miedo a la bicicleta (lo reconozco) pero... Así como en las Olimpiadas me impresionaba la natación, con ese despliegue de fuerza, impulso y músculo y ese intuir en qué momento dar la vuelta de los 100 metros (o los que sean), desde que me enteré de que los ciclistas no paran a orinar, lo cierto es que le tengo cierta manía...

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En realidad, se trata un poco de seguir con mi artículo sobre las administraciones y burocracias varias que adornan nuestro país. No ha llegado aún el día de la defensa, pero por las circunstancias X de mi vida (no sé dónde voy a vivir, cómo me voy a mantener, qué voy a hacer) y a pesar de que el plazo de depósito del trabajo fin de máster. Supongo que todo viene de que llevo ya un año trabajando en el mismo laboratorio, obteniendo unos resultados de escasa calidad que, de hecho, no admiten tratamiento estadístico porque se caen por sí mismos (ilusa de mí, yo que pensaba cambiar el mundo, sniff) y que mi futuro está en el aire. Como soy un elemento radiactivo tenía claro que la inactividad no me convenía así que ando matriculada tanto en el doctorado de Ciudad Real (pendiente de resolución en el Ministerio, pero al menos he pasado la primera fase de selección) como en el Grado de Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural. Tenía otra opción en Barcelona, pero asquerosa burocracia, salieron los errores que había que solucionar y me enteré cuando ya eran insolucionables (¿qué les costaba mandar un e-mail avisando?) así que quedé descalificada, upsss, una opción menos.

Total, que a día de hoy como no sé si tendré beca para hacer el doctorado, me planteé terminar el máster cuanto antes para poder trasladarme a Castellón y empezar una nueva vida de ingeniera con mis nuevos compañeros el 17 de septiembre... Pero nada es tan fácil como parece...

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Aunque, en un principio, el Director Coordinador del máster me había dicho que dado que soy la única alumna de dicho máster, no habría ningún problema en poner fecha de defensa: dependía de mí. Cuando indagué sobre la extensión y reglamento del trabajo (pero, ¿cómo?, ¿no lo has mirado? Saldrá en la página de la Escuela) descubrí que había que seguir una serie de normas absurdas: por ejemplo, realizar la inscripción y propuesta del tema de trabajo fin de máster con 3 meses de antelación. Pero vamos a ver, ¡que llevo trabajando desde OCTUBRE 2011! Se lo comuniqué al Director que me indicó que solo tenía que facilitarle el título del trabajo y ya está. Bien, de poder elegir fecha de defensa, acabé en que el período de entrega era del 1 al 14 de septiembre, y la defensa entre el 24-28 de septiembre... ¡Rayos y truenos, yo tenía que estar en Castellón para el 17!, ¿lo recuerdan?

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El miércoles fue la última e intensa corrección de mi trabajo de fin de máster: mi amable Directora casi sacó la regla para mostrarme como un determinado subtítulo estaba desplazado con respecto al resto... Esa tarde decidí imprimirlo. Mi Directora quería un flamante diseño en tapas duras, o como poco en tapas blandas "porque es más elegante que el gusanillo" (¡leches!, cómo no he caído yo solita...) "y total cuesta cuatro perras" (que sumadas a los 10€ que me habían costado cada una de dos encuadernaciones de prueba con gusanillo...). Tuve la suerte de patearme mi querida ciudad sin que nadie encuadernara en tapas blandas, así que acabé imprimiendo donde me dio la gana, ¡con gusanillo!, por el módico precio de... 65€ por 4 ejemplares... Cuatro perras nada más....

El jueves era el gran día. Solo necesitaba un par de firmas y llevar triunfalmente el CD con el trabajo en pdf y 2 de mis elegantes trabajos. Voy a la Secretaría de la Escuela. 

- ¿Te has inscrito?

- Supongo que sí.

- Supones no. Aquí no sales.

- ¿Entonces?

- Tenías que haberte inscrito hace tres meses... no puedes entregar... Léete las normas...

- Ya las he leído.

- Pues vuélvelas a leer. Y o traes una autorización firmada del Director del máster o no puedes entregar.

Vuelvo a mi Departamento con un humor que no les voy a describir. El Director se extraña, hace una llamada, y empieza a redactar un mail... Finalmente me explica: Esta gente en vez de facilitar pone las cosas más complicadas. ¿Cómo te vas a inscribir tres meses antes, si para inscribirte tienes que tener todas las asignaturas aprobadas y las actas se cerraron en junio? (Vaya, se me ocurre pensar, como hubiera intentado defender en junio). He puesto de fecha el 6 de julio porque si pongo agosto me dirán que es inhábil y que no sirve...

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Marcho arrastrando los pies a enfrentarme de nuevo con la secretaria de la Escuela. Esta vez, como ha recibido el mail (¿estarás matriculada, no? -Sí, desde hace un año) me coge los trabajos y el CD pero... Resulta que el CD tiene que venir con la firma escaneada de mi Directora (¡si le he entregado dos ejemplares firmados y dos papeles oficiales!), así que me hace comprar un nuevo CD en le que grabar trabajo y firma escaneada. Voy por tercera vez a su oficina (que no, no está en mi Edificio), y aún tiene la gracia de decirme: Eres la primera que entrega, como hay de plazo hasta el 14...

Llevo toda la mañana paseando por mi campus. Tengo un cabreo que no se lo imaginan. Mi Directora quiere que prepare el PowerPoint para la defensa que aún no tiene fecha. Yo me pongo a escribir para echar pestes contra la burocracia, y decido que el viernes me lo cojo de vacaciones... 

Además, si no me contestan pronto de la beca de doctorado, tendré que pedir una beca de movilidad y residencia para vivir en Castellón, y mis hermanos que también tienen que solicitar la beca tendrán que estipular la situación de su hermana, pero da igual que le haya explicado mi situación por mail a alguna máquina-funcionario del Ministerio. Solo sé que no sé nada...

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