Ola de frío siberiano. Viernes por la
tarde, mi amiga y yo nos metemos en una cafetería para tomar algo
caliente. Entre los temas de conversación hablamos de antiguas
compañeras del colegio.
-Está estudiando
para oposiciones de enfermera militar, a la vez que aprende inglés
en Escocia..
-¿Quéeee?
-Sí, como no hay
trabajo... Como no hay trabajo cuando acabamos la carrera solo nos
queda seguir estudiando. Cada vez estamos mejor preparados, pero
sigue sin haber trabajo.
Recuerdo otra historia
de un médico que ha terminado la residencia, y como no encuentra
trabajo, repite el MIR este año, para tener trabajo de residente al
menos otros cuatro años...
¿Con esta inseguridad
cómo se van a independizar los jóvenes, cómo se van a atrever a
formar una familia, o comprometerse por ejemplo en una ONG? Si no
sabemos si habrá trabajo algún día... Como decía mi amiga, nos
queda seguir estudiando, seguir formándonos. Al menos, aunque las
expectativas no sean muy esperanzadoras para los jóvenes que
acabamos de terminar la universidad, este seguir estudiando implica
que no nos rendimos.
¡la acabo de leer! muy buena tu idea de publicar esto en el blog!
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