El
espectro de radiaciones se puede ordenar en función de su longitud
de onda o de su frecuencia: a mayor frecuencia y menor longitud de
onda, la radiación es más ionizante, y viceversa. La radiación
microondas no es ionizante, pero interacciona con la materia a nivel
rotacional y vibracional. Permite calentar disoluciones siempre que
estén formadas por moléculas polares. La polaridad es una propiedad
de las moléculas que depende de su composición: si está formada
por dos átomos iguales, tenemos una molécula no polar, pero si está
formada por dos átomos distintos uno tendrá mayor tendencia a
captar electrones, originándose un momento dipolar en la molécula.
En
realidad, cuando hablamos de moléculas apolares, no es del todo
cierto, porque los electrones en una molécula digamos que no se
“están quietos”, de manera que al moverse generan momentos
dipolares.
Entonces,
cualquier sustancia con características polares se calienta al
interactuar con la radiación microondas. Esta radiación se produce
por un magnetrón: produce electrones que resuenan en un campo
magnético produciendo las microondas. El magnetrón se calienta por
ciclos de conexión-desconexión, es decir, el magnetrón siempre
trabaja a su máxima potencia y en el caso de los aparatos
convencionales se enciende y apaga cada 30 segundos.
En
el caso de las palomitas, he encontrado en Wikipedia, que solo se
forman a partir de un tipo de maíz especial (Zea mays everata
Sturt) que por calentamiento de
la humedad del interior del grano de maíz “explota”, es decir,
rompe la cáscara y se forma por expansión del contenido del grano
la palomita.
Por
supuesto, esta entrada está dedicada a Alice ;) que es la que me ha
pasado el vídeo del principio...
Bibliografía:
Apuntes
de Química Analítica Avanzada por el profesor Íñigo Navarro,
Universidad de Navarra.
Wikipedia
"explota" jajaja
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