Hay
gente que considera que la teoría de la evolución de Darwin es un
golpe para cualquier religión porque refuta los argumentos acerca de
la creación del hombre.
Actualmente,
se puede decir que la teoría de la evolución ha sido probada con
hechos empíricos consolidados, y prácticamente ningún científico
serio se atrevería a ponerla en duda. Y sin embargo, siguen
existiendo los científicos creyentes...
¿Por
qué? Pues simplemente porque la evolución nos explica de donde
procede el cuerpo del hombre, pero no consigue explicar en qué
radica la diferencia entre el hombre y los primates. Porque es una
diferencia más esencial que el tener menos pelo, poseer cuerdas
vocales para expresarse, tener manos más hábiles para fabricar
instrumentos, o mayor capacidad intelectual para pensar. Sigue
habiendo un abismo inmenso entre las relaciones comunitarias de los
simios y las de una sociedad humana que elige democráticamente a sus
líderes, y que no solo fabrica instrumentos para su supervivencia
sino que es el autor de la informática y de muchos inventos
apabullantes...
Uno
de los argumentos que alega C.S. Lewis en Mero cristianismo
es la universalidad de la ley moral. Vaya donde vaya, viaje donde
viaje, cada cultura posee una ley moral, unas tradicione séticas si
se prefiere que, en esencia, se parecen mucho. Hay quienes, llevando
al extremo el darwinismo, dicen que no es más que una manifestación
de la propia evolución y selección natural que protege al hombre de
su extinción. Pero si fuera así, ¿ por qué defendemos a los
débiles? La ley de la evolución nos aconsejaría acabar con ellos y
en una especie de eugenesia mejorar la raza humana. Si estamos más o
menos concienciados esto nos recordará a los nacionalismos
exacerbados, a la xenofobia, al totalitarismo nazista,...
No,
el hombre al renegar de la esclavitud, al rechazar el nazismo se
impone a la ley de la evolución, mientras permanece una ley moral
que el darwinismo no explica...
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