16 marzo 2012

Rectificar es de sabios

Dicen que rectificar es de sabios, pues bien, yo tengo que hacerlo. Cuando hablé de catálisis heterogénea, y más en concreto, de zeolitas, dije que se empleaban sobre todo para la petroquímica y la llamada química pesada, mientras que los biocatalizadores se usaban en la industria de química fina y farmacéutica.

            Tras mi trabajo de 120 páginas de la asignatura de Catálisis Heterogénea del máster, tengo que rectificar: porque el artículo, que recoge los últimos avances de catalizadores sólidos para la fabricación de productos de química fina, me ha demostrado lo contrario...

            En el artículo están muchas reacciones que yo he estudiado en la temible Química Orgánica de la carrera, solo que, en vez de utilizar ácidos o bases convencionales, se emplean catalizadores heterogéneos, que son menos contaminantes porque no necesitan neutralizarse (imagínense una industria que emplea toneladas de ácido sulfúrico, y para neutralizarlo necesitarán toneladas de alguna base...), y la mayoría pueden reutilizarse varias veces.
            Estos catalizadores son una maravilla de ingeniería: jugando con su estructura química se pueden conseguir distinta acidez o basicidad, e incluso ambas: se han fabricado catalizadores bifuncionales o incluso multifuncionales: es decir, que pueden actuar como ácidos en el primer paso  de reacción y como bases en el segundo... Pero como resultan funciones incompatibles sobre el mismo catalizador sólido, hay que encontrar la manera de que “no se incordien”. Y lo han conseguido.

            En mi traducción: "Creemos que trabajando en este campo puede haber más satisfacción si se combinaran expertos de orgánica, química física, ciencia de los materiales e ingeniería. Si se alcanza una simbiosis entre las distintas disciplinas, la recompensa no será solo incrementar nuestros conocimientos fundamentales en reactividad química y catálisis sino transferir este conocimiento para aplicaciones industriales". Una vez más, la interdisciplinariedad que me obsesiona, me ha gustado la palabra simbiosis.

            Es una maravilla que cambiando la estructura química del catalizador se puedan llevar a cabo reacciones a nivel industrial que resulten menos contaminantes y que incluso se haya conseguido lo más difícil: compuestos quirales. A mí se me han abierto nuevos horizontes, he aprendido cosas nuevas, y una vez más, me he llenado de esperanza porque el hombre demuestra ser capaz de solucionar problemas.
 
Pero lo que no entiendo es porque no nos enseñan todo esto en la Licenciatura de Química: si existe una manera mejor de hacer las cosas: más económica, más eficiente, amigable con el medio ambiente…, ¿por qué no nos la enseñan, en vez de seguir estudiando el modo convencional de hacer las cosas?

Bibliografía:
Heterogeneous Catalysts for the One Pot Synthesis of Chemicals and Fine Chemicals
Maria J. Climent, Avelino Corma,* and Sara Iborra,
Chem. Rev. 2011, 111, 1072–1133

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