http://www.libreriaelanden.com/libreria/168-253-large/no-me-ire-sin-decirte-adonde-voy.jpg |
No entraba en mis planes
inmediatos de lectura, pero una buena amiga me lo dejó. He de decir que según
avanzaba el libro cada vez esperaba menos de él, me parecía todo demasiado
impredecible. Puestos a tragarnos cosas, me parece más verosímil la historia
del ángel que ha de ganarse las alas en ¡Qué
bello es vivir! que el encuentro fortuito de Yves Dubreil con el
protagonista. Además, aunque el estilo desenfadado y directo del autor de este best-seller lo hace de fácil lectura y
enganche, hay cosas que quedan demasiado postizas. Las descripciones, en las
que ¡qué casualidad!, abundan los personajes de ojos azules; las (para mí al
menos) tediosas sesiones de psicología que, a veces, aparecen incluso en los
sueños del protagonista. Y no sé, así como la historia de la vida del
protagonista es creíble, factible, a mi modo de ver la de Yves Dubreil con
tanto misterio no lo es... Aunque el contrapunto de Catherine lo hace más real,
por hacerlo más cercano. El libro consiguió sorprenderme al final y deja buen
sabor de boca.
Por
un lado, es bueno ver los valores que se defienden en el libro: la amistad, la
lealtad, la ética, y por otro, se dicen muchas verdades grandes: el odio a
quien más daña es a uno mismo, la necesidad de desahogarse,... Alan Greenmor,
en mi opinión, es genial, tiene la frescura propia de un personaje de novela:
lo suficientemente real para creernos su vida, sin que dejen de pasar cosas
extraordinarias porque, al fin y al cabo, es eso: una novela.
Pero
no he podido evitar compararlo con David
Copperfield. Y es que supongo que cualquiera puede escribir, pero solo los
genios como Dickens consiguen obras inmortales que no resultan anticuadas en
ninguna época. Quiero decir que David Copperfield transmite muchas de las cosas
de Alan Greenmor sin necesidad de sesiones de psicología ni de moralinas
explícitas. Pienso que ahí reside la clave del buen escritor: plasmar lo que
piensa sin que se note.
He de decir que transmite mucho más la peli de Elizabethtown del director Cameron Browe, y protagonizada por Orlando Bloom y Kirsten Dunst, sobre todo cuando ella le dice: fracasado, fracasado, vale es un fracaso enorme, pero puedes seguir sonriendo y hacer que todos se pregunten por qué lo haces. O al final: tienes dos opciones: 1)seguir con la ruta y tu plan original o 2)buscar a una chica con gorro rojo. ¡El poder del amor!
ResponderEliminar