He pasado de la poesía de Salinas
a la de Machado. Todavía no he terminado de leer sus poesías. Pero ya puedo
decir que me gusta. Es como un lamento hondo que le sale del pecho por la
España que él ama, representada muchas veces por Soria y otras por Castilla. El
poeta sufre aunque encuentra abierta una puerta a la esperanza como en A UN
OLMO SECO:
Al
olmo viejo, hendido por el rayo
y
en su mitad podrido
con
las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
(…)
olmo,
quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también,
hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Me
gusta también su RETRATO:
Mi
infancia son recuerdos de un patio de Sevilla.
(…)
Converso
con el hombre que siempre va conmigo
-quien
habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi
soliloquio es plática con este buen amigo
que
me enseñó el secreto de la filantropía.
(…)
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la
nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a
bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los
hijos de la mar.
Así,
efectivamente fue. Murió tras haber cruzado la frontera para exiliarse. En unas
condiciones tristes. Pero, en el fondo, tal como quería: ligero de equipaje.
También a muchos nos gustaría imitarle.
Dejo
aquí CAMPOS DE SORIA IX, que me ha gustado especialmente:
¡Oh,sí!
Conmigo vais, campos de Soria,
tardes
tranquilas, montes de violeta,
alamedas
del río, verde sueño
del
suelo gris y de la parda tierra,
agria
melancolía
de
la ciudad decrépita.
Me
habéis llegado al alma
¿o
acaso estabais en el fondo de ella?
¡Gentes
del alto llano numantino
que
a Dios aguardáis como cristianas viejas,
que
el sol de España os llene
de
alegría, de luz y de riqueza!
Y seguiré leyendo la poesía de Machado.
Antonio no es antonio... antonio es Universal
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