Le agradezco infinito al Duque deCamelot este acercamiento al arte. Reconozco que soy una persona de ciencias:
utilitarista, demostrativa,..., y que el arte es una de esas cosas que escapan
a mi comprensión. He de decir que he disfrutado infinito estudiando el poco
arte en asignaturas del colegio como Historia o Cultura Clásica. Pero lo he
estudiado como un mecánico que estudia las partes de un motor... Y tengo
envidia de aquellas personas que han sido favorecidas con la capacidad de
admirarse ante una obra de arte...
Por
eso, agradezco la ponencia de Marcela, como también agradezco cualquier
acercamiento a cualquier obra de arte: ya sea vivir con una violinista y
observar su expresión al tocar, como tener una tertulia sobre las vanguardias,
ir a un museo con gente más entendida que yo.
Marcela
habló de que no hay un arte más grande que otro arte. No hay Arte sino
artistas. El arte moderno forma parte de la cultura, y, por lo tanto, es
mediación. Y así como después de la Metafísica, hay muchas metafísicas que buscan la
inmediatez que no es posible en este mundo en el que todo es mediado, después
de la concepción clásica de Arte ahora se desarrolla el anti-arte. Un arte
metafísico que pone de manifiesto la nada, la pura visión de ver, que hace
visible el acto de creación.
En
el arte moderno, muchas veces la belleza se esconde. Y es que desde Hegel, el
arte se ha desvinculado de la belleza. Es cierto que necesitamos la belleza
para la vida, pero el arte no necesita la belleza para serlo. Aún así, la vida
va por delante del arte.
Para
el arte moderno se requiere un cierto esfuerzo intelectual, y a la vez una
actitud ingenua de dejarse engañar. Cuando nos encontramos ante arte verdadero
vamos de sobresalto en sobresalto. Apreciamos lo inútil, justo como los niños.
Marcela
acababa concluyendo que lo que separa un pensamiento filosófico como el de
Inmanuel Kant de ser arte es la intencionalidad. Al final, algo es arte porque
el artista lo ha hecho con esa intención.
Sin
embargo, con la osadía de una profana y meramente aficionada, yo propongo
ampliar el concepto de arte. ¿Acaso una vida vivida en plenitud no es una obra
de arte, que convierte al protagonista en un gran artista? Quiero decir que
cada uno de nosotros tenemos la libertad de decidir si hacer algo grande con
nuestra vida aunque sea a base de cosas pequeñas, o bien, pasar anodinamente
una existencia mediocre que no nos comprometa excesivamente con este mundo ni
el otro. Y sostengo que cuando optamos por el compromiso, adquirimos la
intencionalidad de hacer una obra de arte.
Otra consideración que se me viene a la cabeza al pensar en arte es la moralidad. Me parece que viene muy bien reflejado en el libro Mi nombre es Asher Lev, donde un niño judío ortodoxo descendiente de emigrados polacos tiene el "don" de la pintura. Un don que para cultivarlo tiene que aprender a hacer cosas que su religión le prohíben, como por ejemplo pintar desnudos. El momento culmen (y siento destrozarlo) es cuando intenta representar los sufrimientos de su madre dividida entre las normas rígidas de su padre y el amor que siente hacia su hijo, y no encuentra mejor símbolo que una crucifixión. Por tanto, empieza el libro diciendo que no sabe si su don procede del Cielo o de los demonios... Para los católicos es un blasfemo, para los judíos ortodoxos es anatema, y sin embargo, ante todo es un artista. Que es incapaz de enfrentarse a su padre para explicarle su obra porque sabe que no le va a entender, pero quiere demostrar a sus progenitores que les quiere y lo que representan para él. Y no encuentra otra expresión que la pintura, que le separa de ellos porque les hiere en lo más profundo y no son capaces de entenderle. Pero el protagonista tiene que pintar la realidad como la ve, porque si no, su arte no sería sincero sino que se estaría mintiendo a sí mismo... El libro parece concluir que el arte está por encima de la moralidad, en cuanto que no se puede juzgar de acuerdo con los cánones establecidos, ya que lo que parece una blasfemia puede no serlo.
Me enseñaron (en algún momento de mi vida) que, a pesar de todo lo dicho, el arte si está sujeto a moralidad, exactamente por el mismo motivo que la ciencia o cualquier actividad humana: porque implica la libertad del hombre. Por tanto, el arte sería moral cuando presenta lo bueno como bueno, y lo malo como malo. Esto parece aclarar un poco los conceptos. No es lo mismo la Crucifixión que pinta el personaje ficticio del libro que una pintura que tenga como objeto degradar e insultar a alguna religión (me da igual que sea la judía, la mahometana, la cristiana o cualquiera). Lo que sí ocurre es que no todos somos capaces de juzgar la moralidad del arte porque no todos tenemos el "don del artista", de esa mirada, que como decía Juan Pablo II en su Carta a los artistas, es un reflejo de la mirada de Dios que al crear el mundo "vio que era bueno".
Pienso que la tarea del artista es muy dura. Me contaban una vez de una escultora que decía que le habían plagiado y que se había sentido fatal. A primera vista, ambas esculturas no se parecían en nada, pero el significado y la manera de expresarlo era la misma. Solo la autora se dio cuenta. Y a parte de la indignación lógica y evidente, se sintió invadida, agredida en su intimidad. Ser artista es desnudar tu alma delante de los extraños para que no la entiendan, para que la critiquen, para que la interpreten correcta o incorrectamente. Pero siempre es una llamada a la belleza.
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/thumb/9/95/Warhol-Campbell_Soup-1-screenprint-1968.jpg/170px-Warhol-Campbell_Soup-1-screenprint-1968.jpg |
Me enseñaron (en algún momento de mi vida) que, a pesar de todo lo dicho, el arte si está sujeto a moralidad, exactamente por el mismo motivo que la ciencia o cualquier actividad humana: porque implica la libertad del hombre. Por tanto, el arte sería moral cuando presenta lo bueno como bueno, y lo malo como malo. Esto parece aclarar un poco los conceptos. No es lo mismo la Crucifixión que pinta el personaje ficticio del libro que una pintura que tenga como objeto degradar e insultar a alguna religión (me da igual que sea la judía, la mahometana, la cristiana o cualquiera). Lo que sí ocurre es que no todos somos capaces de juzgar la moralidad del arte porque no todos tenemos el "don del artista", de esa mirada, que como decía Juan Pablo II en su Carta a los artistas, es un reflejo de la mirada de Dios que al crear el mundo "vio que era bueno".
Pienso que la tarea del artista es muy dura. Me contaban una vez de una escultora que decía que le habían plagiado y que se había sentido fatal. A primera vista, ambas esculturas no se parecían en nada, pero el significado y la manera de expresarlo era la misma. Solo la autora se dio cuenta. Y a parte de la indignación lógica y evidente, se sintió invadida, agredida en su intimidad. Ser artista es desnudar tu alma delante de los extraños para que no la entiendan, para que la critiquen, para que la interpreten correcta o incorrectamente. Pero siempre es una llamada a la belleza.
Hemos ido a dar con el gran tema, pero como siempre hay mil temas en la entrada.
ResponderEliminar¿Qué es el arte? Es una actividad humana, desde luego, que está hecha con una intencionalidad concreta y que se concreta en una obra. La intencionalidad puede ser desde plasmar la realidad, expresar sentimientos, hacer el mundo más bello, criticar la sociedad o pretender interpelar al espectador, etc.
En este sentido podemos hacer de nuestra vida una obra de arte, pero creo que cuando decimos esto estamos haciendo una analogía más que una declaración de propósitos.
Por otro lado está el tema de la moralidad. Todos los actos humanos que hacemos son morales porque los hace un ser moral, pero sin pretender caer en escepticismos me parece que presentar el bien y el mal de manera bruta no es más que una simplicidad.
Muy interesantes tus reflexiones.
ResponderEliminarMe gusta lo de la analogía y la delaración de propósitos, especialmente.
En cuanto a lo de bueno o malo, no estoy de acuerdo en que sea una simplicidad, a no ser que te refieras a la persona humana: en ese caso estaré de acuerdo, en que no existe solo una gama entera de grises del blanco al negro, sino todos los colores posibles... Y sigue en pie mi pregunta, ¿qué hace que una obra de arte sea blasfema (colocar la foto del artista en los genitales de Cristo) o una genialidad (como el caso de la Crucifixión de Asher Lev)? ¿Cómo establecer una moralidad en el arte, es posible, es necesaria?
Os remito a Raquel que lo ha explicado mejor que yo: http://pensaryconocer.blogspot.com.es/2012/04/entender-de-arte.html
ResponderEliminarYa entiendo... tampoco tiene una respuesta fácil. Me viene a la mente la obra de Andrés Serrano "Piss Crirst". Como suena, se trata de un crucifijo metido en orina. Más información aquí: http://www.artstudiomagazine.com/fotografia/andres-serrano.html
ResponderEliminarMe acuerdo que fue a raíz de que un grupo acabara con esta obra por considerarla blasfema que discutí este tema. Nada más leer la noticia a mí también me pareció blasfema, pero un amigo que conocía más al artista me ayudó a ir más despacio. No sabía con qué intención se había hecho la obra. El artista era católico, tenía una gran colección de trabajos religiosos y trabajaba de manera habitual con material de ese estilo.
Lo cierto es que nadie mencionaba tal asunto. Ni siquiera los que ponían el grito en el cielo por la libertad de expresión. La libertad de expresión tiene unos límites. Pero la cuestión aquí era ver si realmente quería ser ofensivo con el cristianismo o mostrar que a veces se trata de esa manera a Cristo y no nos escandalizamos.
No tengo todavía claro a estas alturas si es blasfema o no porque no tengo del todo claro la intención del artista, porque en ella radica la mayor parte de su moralidad.
Gracias!!! Muy interesante, y sobre todo, se me aclara más el tema (que no siempre es sencillo...)
EliminarY después de leer el enlace entiendo tus dudas de si era blasfema o no... En cualquier caso: gracias otra vez!!
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